Introducción
Desde el principio de los tiempos, los niveles de inteligencia de los que disfruta nuestra especie ponen a los humanos aparte de cualquier otra criatura en este planeta. No sólo pasamos tiempo persiguiendo estados de conciencia alterada que son producidos por ciertas sustancias, sino que los humanos primitivos elevaron estos asuntos y los conectaron con divinidad, religiones y dioses; hoy en día, estamos mejor informados para saber que todos estos eventos “elevados” del pasado fueron claramente una proyección de los efectos positivos de la energía, el poder y el bienestar inducidos por tales sustancias.
Un ejemplo tradicional de esto en nuestra sociedad moderna es el vino, que se eleva desde de una condición de jugo de uva inocente al de una botella muy costosa y todo esto mientras se crean industrias enteras y conocimiento, que es el caso de aquellas marcas globales de licores. también.
Así que empezamos a rascar nuestra cabeza hacia esta visión, pero no con vaso en mano, más bien con pipa en boca, y es allí donde comenzamos nuestras ideas y pruebas.
La alquimia del añejamiento es fenomenal.
El proceso de añejamiento es potencialmente capaz de mejorar la calidad de este tipo de sustancias que pueden alterar la conciencia, por lo que en la antigua Roma se realizó en ánforas de barro selladas y almacenadas durante muchos años, este modelo de añejamiento fue apreciado por su capacidad de madurar durante décadas.
La frescura natural de cualquier sustancia decae con el tiempo, el dominio de estos procesos perecederos y de deterioro puede alterar el aroma, el color, la sensación, el gusto y el sabor de estas sustancias añejadas, donde las reacciones químicas complejas que involucran compuestos fenólicos, como los taninos, sucede que elevan sus propiedades en una manera que pueden ser más agradables para el que lo degusta.
El canabis igual que el vino, tiene un nivel bastante alto de taninos, que son la clave para un añejamiento adecuado, estos taninos reaccionan con otros componentes hasta que ya no pueden permanecer como parte de la composición primordial, separándolos, en un proceso de purificación natural, el aroma natural se aparta al ser reemplazado por el bouquet de un componente añejado. Así que, con algo de suerte y tiempo, estas sustancias añejadas se vuelven más suaves para la boca y el paladar.
El canabis también es bifásico en la forma en que nos afecta, lo que significa que una dosis pequeña puede tener un efecto diferente comparada a una más grande, consumir un poco puede hacernos sentir geniales, pero consume demasiado y terminarás sintiéndote terrible.
El canabis, no se puede clasificar en una sola categoría. Más allá de sus propiedades medicinales y recreativas, en realidad puede actuar como depresivo, estimulante o alucinógeno, dependiendo de la cepa, la dosis y los hábitos de consumo individuales, ya que el canabis afecta a diferentes personas de diferentes maneras.
La planta de marihuana tiene sabores increíblemente complejos y diversos, taninos y aromas, dependiendo del tipo de cepa o variedad e incluso el lugar donde se cultivaron las plantas. Sus sustancias están llenas de diferentes fitoquímicos tales como terpenos y flavonoides que producen olores y gustos diversos. Los fitoquímicos que están presentes y sus relaciones influirán en gran medida en el impacto sensorial general del canabis.
El estado elevado del canabis resulta de su interacción con el sistema endocanabinoide del cuerpo humano, es aquí de dónde provienen todas esas deliciosas sensaciones.